En esta primera aproximación a la stage photography, trabajamos con el obturador abierto durante varios segundos (20¨ y 30¨) con el objetivo de conseguir imágenes que, respaldándose en las luces utilizadas, hablen a través de sus fantasmas. Dentro de esta idea principal, desarrollamos diferentes búsquedas, cada una con un significado particular.
La foto elegida, la primera, tiene que ver con la presión que uno ejerce sobre sí mismo por medio de la propia observación y crítica constantes. La chica que duerme en uno de los sillones, iluminada por una luz cálida, está siendo observada por "otra ella", que se encuentra al otro lado de la habitación, sentada rígidamente.
El segundo caso, aquella foto en que solo vemos a la chica una vez, trata, por medio de la mirada que ella dirige a un sillón vacío, de la soledad, más específicamente, de la pérdida. Esta ausencia se remarca con la luz roja.
El tercer caso, aquella imagen iluminada con luz azul, tiene que ver también con cierto estancamiento triste, quizás producto de una pérdida (?), pero que, esta vez, se desarrolla a través del movimiento. Puede que estas dos ideas suenen contradictorias, pero, en verdad, están relacionadas con el movimiento nervioso pero, sin embargo, sin llegada, que transitan aquellos que no encuentran lo que buscan. Vemos a la chica en tres poses distintas pero caracterizadas por la misma emoción, como vacía, que va dejando tras de sí la huella de su presencia, que se vuelve más mística a través de la luz azul.
Frame elegido
20"
f22
ISO 100
Otras pruebas
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